CUBA. UN HUESO DURO DE ROER

Nuestra Bandera:

por Pedro Martínez Pírez La guerra de cuarta generación lanzada contra Cuba por el gobierno de Estados Unidos y los anexionistas de origen cubano residentes en el Estado de La Florida, está siendo ganada por los patriotas que no desean que la Perla de las Antillas pierda su independencia y su soberanía, ganadas el primero de Enero de 1959. Y la implacable ofensiva imperialista ha dado lugar a manifestaciones y acciones solidarias desde los propios Estados Unidos y el resto del mundo, y a declaraciones como las del presidente de México, Manuel López Obrador, quien aseguró que Cuba, por su resistencia de 62 años al imperio, merecía el Premio de la Dignidad y el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. Luego de los acontecimientos del domingo 11 de julio, cuando desde una empresa de Miami se lanzaron hacia Cuba centenares de miles de mensajes, mediante robots, para alentar las protestas en varias ciudades cubanas, aprovechando la difícil coyuntura económica, los efectos de la pandemia y otros hechos coyunturales provocados por el cruel bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, el cual fracasó estrepitosamente por la digna respuesta del pueblo y el gobierno cubanos, el ataque ha estado dirigido a cuestionar el sistema jurídico cubano. Y ahí también la Revolución ha salido victoriosa pues en su campaña sobre desaparecidos en Cuba, excesos de la policía frente a los manifestantes, y detenidos sin garantías procesales, la respuesta muy profesional de funcionarios del Ministerio del Interior, los tribunales y la Fiscalía, ha sido muy sólida, y ha permitido recordar que la única cárcel en la que se violan de manera flagrante los derechos humanos de los detenidos está en la ilegal Base Militar de Estados Unidos en la provincia cubana de Guantanamo, establecida hace más de un siglo y que se mantiene contra la voluntad del pueblo y el gobierno cubanos. Cuba, es firmante y cumple con los postulados de la Convención Internacional para la protección de todas las personas, contra las desapariciones forzadas, y la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. Los enemigos de Cuba no esperaban está sólida respuesta de los funcionarios de la Fiscalía General de la República, los Tribunales y el Ministerio del Interior. Tratan de desconocer el artículo 51 de la Constitución cubana, aprobada por la inmensa mayoría del pueblo, que establece con toda claridad que las personas en Cuba no pueden ser sometidas a la desaparición forzada, tortura o penas crueles, inhumanas o degradantes. Poco a poco va prevaleciendo…

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