EL PADRE DEL SINDICALISMO PERUANO

Nuestra Bandera:

EL PADRE DEL SINDICALISMO PERUANO Por Gustavo Espinoza M. Isidoro Gamarra Ramírez nació un día como hoy, el 2 de enero de 1907. Abrió los ojos en un modesto hogar peruano en la provincia de Tarapacá, territorio nuestro hasta 1879. Fue hijo de Juan Gamarra Barreda y Sofía Ramírez Arancibia. La madre, de filiación socialista, influyó en su hijo con relatos referidos a la vida y a la lucha social. En particular, le narró la tragedia de la Escuela de Santa María de Iquique, ocurrida en diciembre de ese año y en la que, como resultado de una horrenda masacre perpetrada por efectivos militares de la región, fueran asesinados tres mil obreros del salitre, entre peruanos, chilenos y bolivianos. Los padres de Isidoro tuvieron conciencia clara de su nacionalidad, de modo que lo inscribieron como peruano en el consulado de nuestro país, lo que le acarreó dificultades en su primera infancia. Hostilizado frecuentemente en el barrio y en la escuela, tuvo que recibir clases particulares y  sintió la necesidad de abandonar la zona. Ese sentimiento fue compartido con la familia, de modo que todos los integrantes de la misma se trasladaron hacia el Perú, llegando a la ciudad de Lima en 1915, cuando apenas contaba con 8 años. A partir de allí, Isidoro radicaría en forma estable en la capital de la República. En 1916 ingresó a una Escuela Fiscal de Malambito, pero pronto fue trasladado a un Liceo particular -el Liceo Tacna- donde continuó sus estudios. Su segunda infancia transcurrió con dificultades materiales comprensibles. Eso hizo que a los 15 años tuviera que buscar trabajo como obrero en una obra de Construcción Civil de La Victoria. A los 19 años, en 1926, terminó su educación secundaria en el colegio Guadalupe y luego consiguió un puesto de trabajo como empleado. En julio de 1927 falleció su madre, y él fue despedido tres años después por efecto de la crisis que asolaba al país. A fines de la década del 20, Gamarra conoció de la existencia de José Carlos Mariátegui, al que observó, en un comienzo, con desconfianza. Ello se explica porque el Amauta llevaba a los trabajadores un mensaje socialista, discrepante y polémico, con las ideas imperantes en los círculos anarquistas del periodo. Años más tarde, Isidoro admitiría que esa desconfianza inicial, le impidió conocer a Mariátegui personalmente y visitarlo en su casa de Washington. Llegó a la puerta de…

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