Privatizaciones, en medio del fútbol y COVID.

Partido Comunista Ecuatoriano:

El día de hoy la Selección Ecuatoriana de fútbol juega un partido decisivo respecto a los objetivos de clasificarse al Mundial de Qatar. Además de los serios cuestionamientos históricos a la forma en la que este deporte ha sido instrumentalizado para distraer la atención de los pueblos; la próxima mundialista se realizará a costa de un sacrificio humano de miles de obreros muertos durante la construcción de los estadios qataries. Haciendo un punto aparte a estos problemas, resulta inaudito que el Gobierno Nacional, mediante el COE, contradiga una primera disposición de que el cotejo se desarrolle sin público, y disponga la apertura al público del Estadio donde se jugará este partido, decisión que ha sido duramente cuestionada por el Colegio de Médicos por evidentes razones de protección de la salud colectiva en medio de una creciente ola de contagios de la variante Omicrón de la COVID-19.Sin embargo, lo más repudiable de la antojadiza y nada técnica disposición de permitir el acceso al público del partido es que esta evidencia el carácter populista con la que se maneja la política pública de salud; mientras por debajo de la mesa, en medio de un silencio cómplice de los medios hegemónicos del país, el Gobierno de Lasso ha emprendido una agresiva campaña de privatización de los servicios públicos. Durante las últimas semanas Lasso ha dejado clara sus prioridades privatizadoras: la venta del Banco del Pacífico; el traslado del suministro de medicinas de los hospitales públicos a cadenas de farmacias privadas; y la transformación de Petroecuador como sociedad anónima. Además de esto, la pauperización del servicio público en las áreas Registro Civil, Educación, Inclusión Económica y Rehabilitación social es un claro y recurrente modus operandi de quienes, desinvirtiendo en lo público, buscan trasladar esa gestión a la “eficientes” manos privadas. La agenda de discusión pública se encuentra secuestrada por los aliados del gobierno que copan los espacios de opinión para legitimar las pretensiones que emite Carondelet en desmedro de los derechos sociales y en un gesto de total desprecio a la dura realidad que enfrenta el país en materia de salud, seguridad y acceso al empleo.Resulta una perversa paradoja que la unidad nacional y el “encuentro” propuesto por el Gobierno Nacional gire en torno a un nacionalismo futbolero mientras una nación entera enfrenta las consecuencias de las pandemias de COVID y del neoliberalismo. En este contexto, la consigna de las izquierdas requiere de suma…

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