Alejandro Azcuy
“Estamos felices de estar nuevamente en La Habana”, dijo al equipo de periodistas de la Presidencia el mandatario venezolano Nicolás Maduro Moros, con el afecto de siempre, el de los grandes amigos, como el hijo adoptivo que regresa a la entrañable casa.
El dignatario suramericano fue el último jefe de delegación que recibió la bienvenida del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, antes de dar inicio, en el Palacio de la Revolución, a la XXI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Con la firmeza que lo caracteriza y en su tono reflexivo, Maduro aseguró que «el ALBA es una instancia inclusiva, unitaria, una instancia donde todos venimos a trabajar por los asuntos que tienen que ver con la vida y el desarrollo de nuestros pueblos; siempre ha sido así».
«Hemos acumulado un patrimonio de inclusión, de convocatoria permanente, y nos hemos convocado para debatir, para fijar una posición muy clara sobre la reunión que están organizando en Los Ángeles», subrayó Maduro, en clara alusión a la IX Cumbre de las Américas, que se realizará en el mes de junio, en Estados Unidos.
Con la coherencia heredada de los líderes históricos que trajeron el ALBA hasta aquí, el Presidente venezolano ratificó de manera enérgica: «Expresamos nuestro rechazo firme, contundente, absoluto, a la visión imperial que pretende excluir a los pueblos de las Américas. Los pueblos de la región no podrán ser jamás excluidos de ninguna reunión que pretendan llamar Cumbre, los pueblos de las Américas estamos hoy más firmemente claros de lo que es nuestro destino, nuestro destino es la unión, la liberación».
Y entonces, enfatizó: «El Alba es el camino de la unión y la liberación de los pueblos de las Américas».
El Jefe de Estado de Venezuela, al referirse a las expectativas de esta XXI Cumbre en La Habana, vaticinó que «va a tener un buen debate, porque si hay algo democrático en el continente y en las Américas, es el ALBA, es la Organización más democrática, desde el punto de vista de sus análisis y de compartir la diversidad de lo que es nuestro continente, Suramérica, Centroamérica, el Caribe».
«El ALBA cubre todos los espacios geopolíticos de nuestra región, así que estamos muy felices de que una vez más, La Habana, Cuba, sea el epicentro del debate sobre la unión y la liberación de América Latina y el Caribe», ratificó Maduro, con la certeza de que este mecanismo de concertación política encuentra aquí un espacio para que sus diez miembros plenos puedan dialogar abiertamente, sin discriminación, en pie de igualdad.
Entonces, antes de marchar al Salón Rojo del emblemático Palacio de la Revolución, acompañado por el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez y junto a los demás jefes de delegaciones, Maduro Moros respondió una pregunta necesaria, en cuya respuesta el mandatario venezolano evocó a los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, porque el ALBA unida es el sueño de Chávez y Fidel.
«Esto es obra de Fidel y de Chávez, estamos en su obra, construyendo la unión para la liberación de nuestros pueblos de América», afirmó el líder bolivariano con la certeza de que la Alianza, con sus diez países, todos muy distintos, pero con aspiraciones comunes, puede hacer mucho en el empeño de complementar esfuerzos por el bien de los pueblos de la región, defendiendo lo que los une, más allá de las diferencias.