Díaz-Canel: «Cuba siempre les va a estar agradecida»

Un mes y cuatro días después del fatídico 6 de mayo las imágenes del Saratoga se agolpan en mis reflexiones. Quizás porque cada vez que tenga delante a la joven de 21 años Claudia Brizuela Galindo, jefa de carro del Comando 1, al Jefe del Cuerpo de Bomberos, Primer Coronel Luis Carlos Guzmán Matos, y hasta al neurocirujano Duniel Abreu Casas, habrá que volver, por la intensidad de sus epopeyas, a esa página dolorosa que marcó hondo el alma de Cuba.

Es viernes, igual que aquel día. A la espera del inicio del acto de condecoración de los combatientes y trabajadores que se movilizaron en las labores de rescate y salvamento, los veo llegar, saludarse, conversar: el chofer de la Gazella, los rescatistas que evacuaron a los pioneros de la escuela primaria Concepción Arenal, maestros, médicos, paramédicos del Sistema Integrado de Urgencias Médicas, el equipo de la Construcción, los conductores de grúas, rostros conocidos por televisión y redes sociales, que ahora no muestran las ojeras con que se asomaron a las pantallas, ni los uniformes polvorientos, pero a todos los marca el arrojo y compromiso en la hora decisiva, un traje que en forma de condecoración colgarán en sus pechos.

Pasada las 5 de la tarde entra la presidencia al Salón. En tres filas, 65 trabajadores pertenecientes a los Sindicatos de Educación, Salud, Civiles de la Defensa, Transporte, Industrias, Construcción. Mi posición a un costado me permite escuchar a una de las que será condecorada: «Mira vino el Presidente Díaz-Canel, sabía que no faltaría, él llegó al…»- no pudo seguir conversando con su compañeros porque la percusión y el pase de la bandera sucedieron sin contratiempos- pero sé que si prosiguiera diría que el mandatario apenas supo de la explosión en el emblemático hotel de La Habana Vieja, fue para constatar, sin mediaciones, la fatalidad y calmar a su pueblo, otra vez. Allí regresó en varias ocasiones.

No hay momento cultural, ni declamador, ni pieza musical. El Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento, apenas toma la palabra recuerda a las 46 personas fallecidas, a muchas de ellas las sorprendió la hora final en sus puestos de trabajo. Nuevamente las condolencias, el abrazo a los seres queridos.

El máximo dirigente sindical rememoró cómo de forma espontánea en apenas instantes, la voluntad de ayudar se materializó en cientos de actos heroicos en auxilio a las víctimas, a las niñas y niños de la escuela cercana y a cuanta persona lo necesitó. También mencionó a los que colaboraron en la preservación del orden y la seguridad; «en comenzar a resarcir las consecuencias apenas caídos los últimos escombros, conscientes que ello significaba riesgos para su propia vida».

En sus palabras enalteció el actuar, sobre todo de jóvenes y estudiantes, que de forma espontánea acudieron a los Bancos de Sangre «al extremo -comentó- de ser preciso solicitarles que no continuaran, al rebasarse las posibilidades de esas entidades».

Guilarte de Nacimiento los calificó de hombres y mujeres sencillos, trabajadores y combatientes que cumplieron el deber con ejemplar sensibilidad, gallardía y humildad, es por ello-afirmó- que a propuesta de las direcciones del Ministerio del Interior y de la Central de Trabajadores de Cuba, el Presidente de la República les otorga la Medalla Olo Pantoja  de 1ra Clase al jefe del Cuerpo de Bomberos, primer coronel Luis Carlos Guzmán Matos.

El coronel Daniel Chávez Fujishiro, segundo jefe del Cuerpo de Bomberos y el teniente coronel Alejandro Alfonso Álvarez, jefe del Cuerpo de Bomberos de Mayabeque recibieron también la Medalla Medalla Olo Pantoja de 2da Clase (por Decreto Presidencial), mientras otros 145 trabajadores, de ellos 65 aquí presentes merecen la medalla Hazaña Laboral.

El representante de los trabajadores cubanos afirmó que los condecorados constituyen ejemplo de la fuerza infinita que emana de la unidad, la solidaridad y el humanismo sembrados por la Revolución, «esa-subrayó-que nos ha permitido vencer incontables agresiones y obstáculos, y comenzar a recuperar la economía en medio de difíciles condiciones».

Al concluir la intervención de Guilarte de Nacimiento, Díaz-Canel acompañado del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, y del secretario de Organización del Comité Central del Partido, Dr. Roberto Morales Ojeda, ambos miembros del Buró Político, impusieron las condecoraciones.

El mandatario saludó a cada uno de los presentes. Volvió al centro de la sala. Se dirigió a los héroes del Saratoga. No tomó el micrófono, pero se escuchó clara una certeza rotunda: “Cuba siempre les va a estar agradecida”. Fue un acto corto, sentido, solemne, necesario. Saratoga siempre duele.

Foto: Estudios Revolución
Foto: Estudios Revolución
Foto: Estudios Revolución
Foto: Estudios Revolución

Fuente: Presidencia y Gobierno de la República de Cuba