Se reúne una familia en el Palacio de Cuba

«Para conversar, para hablar de las problemáticas de ustedes, de las cosas que tenemos que hacer de conjunto», el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo este jueves, desde el Palacio de la Revolución, un encuentro —que adelantó no será el único— con representantes de las tres asociaciones que en Cuba agrupan a personas con discapacidades.

Fue una jornada timbrada por la sensibilidad y el compromiso, donde emergió un factor humano que en cualquier momento de la historia decide con fuerza cardinal en el rumbo de los acontecimientos: la voluntad. Como guerreros por la vida y por lo justo, como seres agradecidos a la obra de amor que ha entrañado la Revolución, se comunicaron con el Jefe de Estado los integrantes de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC), de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM), y de la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI).

El dignatario habló a sus interlocutores del mucho interés de la dirección del país por este tipo de encuentros con múltiples sectores de la sociedad, porque así se van sumando fuerzas e inteligencia al «perfeccionamiento de nuestra sociedad, de nuestro proceso de construcción socialista», porque «a ustedes hay que tenerlos muy en cuenta en todos esos temas, y por lo tanto a este primer encuentro tendremos que seguir dándole continuidad».

En los primeros momentos de la emotiva jornada el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y jefe del departamento Económico Productivo, Joel Queipo Ruiz, destacó el hecho de que se produjera la reunión con las tres asociaciones al unísono. Esa suerte de confluencia, como se dijo allí y destacó el Presidente cubano, es sin dudas una fortaleza en el trabajo por Cuba.

Ante la presencia, además, de representantes de ministerios y entidades responsabilidades de alguna manera con la atención a las personas con discapacidad, Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), explicó, en los primeros momentos de la reunión, que la ANSOC, la ACLIFIM, y la ANCI, agrupan a más de 143 mil asociados. Igualmente hizo mención del Consejo de Atención a Personas con Discapacidad, constituido en 1996.

La directiva recordó que en marzo del 2020, «atendiendo a lo que dispone la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidades, de la que Cuba es un Estado miembro, se aprueba por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros la política para el perfeccionamiento de la atención y los servicios que se prestan a las personas con discapacidad en el país». Son 17 las instituciones y Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), enunció, que tienen funciones, programas y políticas relacionadas con la atención a ese grupo poblacional.

Belkis Delgado hizo alusión al diseño de una política destinada a ese universo de cubanos, para la cual se creó un grupo de trabajo integrado por expertos de distintas disciplinas; e hizo referencia a un diagnóstico ya definido sobre los desafíos principales.

Acerca de estos últimos, señaló la insuficiente atención, en los talleres conocidos como especiales, donde trabajan un grupo importante de personas con discapacidad; el limitado acceso al empleo; la existencia en textos normativos del país, de términos peyorativos, discriminatorios (como «discapacitados», «inválidos», «incapacitados») que deben no estar; o la necesidad de focalizar políticas de atención por cada territorio.

Se viene trabajando y con resultados, como reflexionó la experta, pero es obvio que en el largo y complejo camino de alcanzar equidad las tareas pendientes son numerosas y grandes. Se avanza, por ejemplo, en la propuesta de la legalización de la Lengua de Señas Cubanas como el idioma natural de la persona de la comunidad sorda de Cuba (lo cual es un reclamo de esa comunidad); y se ampliaron los servicios de interpretación en los programas televisivos, sobre todo en el Sistema Informativo de la Televisión Cubana.

«Las personas con discapacidad han sido una prioridad para la atención social y la protección», afirmó Belkis Delgado, quien mencionó —recogiendo el espíritu de diversos reclamos— la necesidad de trabajar en una ley que proteja a las personas con discapacidad, y de constituir una asociación para personas con discapacidad intelectual, «porque hoy no la tenemos y también es un reclamo de esta parte de la población».

Se sucedieron las voces de los asociados de la ANSOC, la ACLIFIM, y la ANCI. Fueron conmovedores los testimonios, cuyas voces se escucharon en más de un momento gracias a la labor de los intérpretes a través del lenguaje de señas. Volvían una y otra vez las palabras sensibilidad, familia, pedagogía, gratitud. Miriam Meneses (de la ANSOC), profesora de la Universidad de La Habana y del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, habló de sentirse feliz y orgullosa: ella forma a futuros profesores de Educación Especial, atiende a los futuros intérpretes de Lengua de Señas Cubanas. Ella habló al Presidente, en referencia al encuentro, en términos de «familia». Y él respondió: «Creo que la sociedad nuestra se tiene que sentir orgullosa de personas como tú».

Fidel y su obra de humanidad, las permanentes preocupaciones del compañero Raúl en un tema como el de las personas con discapacidad, afloraron en más de una intervención. El Jefe de Estado señaló que «todavía hay prejuicios», que todavía hay personas con las que tenemos que trabajar: «aquí el tema es de oportunidades, aquí la igualdad y la justicia social las aplicamos en la manera en que facilitemos que todos tengan las oportunidades». Y volvió al asunto de las brechas de desigualdad aún existentes y que deben ser superadas. «Por eso, dijo, es importante este encuentro».

Fue una tarde en que se tocó la fibra más honda, la de la dignidad del ser humano. Hasta de cuán difíciles han sido estos tiempos de COVID-19 para las personas con discapacidad se habló en el Palacio de la Revolución. Se expresaron cubanas y cubanos de distintas generaciones, y fue hermoso escuchar la voz de una joven que puede oír los sonidos de la vida gracias a un implante coclear. El concepto-eje de la tarde fue el reclamo de todos a participar en la construcción de cada momento y tarea que Cuba emprenda.

«La lucha». Así se titula la pintura que regalaron al Jefe de Estado en el encuentro. Fue realizada por un gran artista, un cubano afectado por poliomielitis, que hacía sus trazos con la boca y que está reconocido dentro de los mejores sesenta pintores, con ese modo de hacer, a nivel planetario. En ese cuadro, como allí se dijo, se resumen la fortaleza y belleza de la voluntad.

«Ya cuando llegamos a este momento del encuentro las emociones están a un nivel alto —reflexionó el Presidente Díaz-Canel Bermúdez—, por la manera en que ustedes se han ido integrando, por el espíritu de lucha, por ese espíritu de vida, por el compromiso con el aporte y el compromiso también con todo lo que tenemos que perfeccionar».

El mandatario calificó a la reunión como de trabajo, y también como de mucho simbolismo: «Este, reparó, es el salón donde Fidel recibió a presidentes, delegaciones, participantes en congresos disímiles. Yo que algunas veces estuve aquí, lo que recuerdo es su paso agigantado y firme, buscando conversar con los que estaban, preguntando».

«Eso tiene un simbolismo —recalcó— porque están ustedes aquí precisamente en ese lugar, están ustedes aquí en el Palacio de la Revolución, que como decimos en los últimos tiempos es el Palacio de Cuba, es el palacio del pueblo cubano». Dijo entonces que el bello edificio se ha ido convirtiendo también en el Palacio de las ciencias, «porque también hemos ido involucrando a los académicos, a los expertos, a los científicos» en pos de solucionar «problemáticas fundamentales».

Hizo el mandatario una disertación sobre el pensamiento, ejecutoria y desvelo de hombres como Fidel y Raúl, quienes han tenido especial preocupación, y ocupación, ante los seres humanos que presentan alguna discapacidad. Recordó Díaz-Canel días de su niñez, de cuando conoció, jugó, e hizo amigos que presentaban alguna discapacidad, y compartió en el encuentro su certeza de que esas personas «pueden hacer cualquier cosa en la vida y se pueden destacar y pueden participar a plenitud».

Hacia el final de sus palabras el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista dijo a los asociados: «Tenemos que lograr como prioridad que cada vez haya más participación de ustedes en todos los procesos, en todos los programas de la Revolución, y que cada vez nos acerquemos más a esa inclusión plena a la que todos aspiramos».

Fuente: Presidencia y Gobierno de la República de Cuba