La moda como ejercicio social y político

Los trajes que se exhibieron en la posesión presidencial de Gustavo Petro colocaron en el tablero mediático a la moda como activismo político. Esto debido a que más allá de la alta costura, son piezas que cuentan historias, como un espejo social y de expresión de ideales humanistas.

Por: Paola Fernández

La primera dama, Verónica Alcocer, se vistió de blanco, el color de la paz. Su atuendo fue decorado con botones de la joyería artesanal, tejidos de filigrana Momposina y elaborados en Mompox. Además, llevaba un broche con la imagen de la Virgen de la Milagrosa engastada en filigrana, representando su fe y devoción.

Sofía Petro, hija del presidente, se vistió de morado y no de cualquier tono, fue exactamente el color que identifica al movimiento feminista. En sus mangas estaban las frases “justicia social” y “justicia climática”. La joven de 20 años ilustró las actividades propias del campesinado colombiano al que acompañó con un top bordado por los indígenas Embera Chamí, al igual que su hermana Andrea.

Antonella, la menor de la familia Petro Alcocer, no se quedó atrás. Su traje fue “bautizado” como “carta de amor”

Antonella, la menor de la familia Petro Alcocer, no se quedó atrás. Su traje fue “bautizado” como “carta de amor” por llevar las letras que su padre le dedicó en su cumpleaños. “Has sido como la balsa para un náufrago, nada hubiera sido posible si no estuvieras”, es una de las frases que lleva el atuendo inspirado en el paisaje desértico de la Guajira.

En la vicepresidenta Francia Márquez, ya es característico el uso de prendas con colores típicos del Pacífico colombiano, su región de origen. Con telas africanas y toques étnicos, Márquez impuso una moda poco usual en los espacios políticos, tendencia que esta vez combinó con sus aretes hechos a mano. En ellos, lució el croquis de Colombia con los que simbolizó que gobernarán para todo un país, contrario a la exclusión que siempre se vivió.

Otros trajes que destacaron en la toma de posesión

La congresista María José Pizarro visitó un traje rojo con tucanes. En la parte trasera lucía una confección hecha por exguerrilleros, con la frase “que la paz no nos cueste la vida”. Estaba la imagen de su padre, Carlos Pizarro, un Comandante del movimiento guerrillero M-19. Este fue firmante de la paz en 1990 y posteriormente un crimen que estremeció al país le dejó sin vida.

David Rasero, presidente de la Cámara de Representantes, vistió un traje étnico de la chocoana Nía Murillo, famosa por el uso de telas africanas. Con este traje, quiso dignificar a los afrocolombianos víctimas de la exclusión y discriminación durante décadas.

Por su parte la Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, usó un vestido negro por su elegancia pero también por el luto a las víctimas de las masacres, desapariciones y persecución política. Por ello, la cinta del vestido llevaba la frase: “Nos faltan 9”.

La Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, usó un vestido negro por su elegancia pero también por el luto a las víctimas de las masacres

El representante a la Cámara por Putumayo, Andrés Cancinmance, llegó con un saco “en construcción”. De esta manera, denunció el incumplimiento del Gobierno frente a las promesas de reconstrucción de Mocoa; un municipio destruido por las lluvias hace más de 5 años.

 

Así, con los atuendos que se exhibieron durante la posesión presidencial en Colombia, el pasado 7 de agosto, quedó demostrado que, aunque la moda surgió con vocación lúdica y estética, se ha transformado en una expresión de ideas políticas, sociales, de la lucha por la diversidad, la inclusión, y la esencia democrática.

Fuente: Partido Comunista Colombiano