Dos notas: Una sobre el patriotismo como arma de los pueblos contra el imperialismo y otra Sobre los desvaríos contra Nicaragua de doña Laura Chinchilla Miranda

Periódico Libertad:

Humberto Vargas Carbonell Primera nota La primera tarea política de los pueblos latinoamericanos es la conquista de su plena independencia, tanto en lo político como en lo económico y lo cultural. Esto significa que el combate por esta causa nos enfrenta al imperialismo norteamericano. Se trata de una lucha que no admite demoras y menos aún claudicaciones. Es auténticamente latinoamericanista; patriota es el que lucha y entrega su esfuerzo y su pensamiento a esta causa; los que la traicionan son traidores a lo que el esfuerzo y la valentía de otros hicieron posible en momentos cruciales de la historia, a los abrieron la posibilidad de vivir gloriosos y extraordinarios  momentos de libertad e independencia. Cada pueblo, de acuerdo con sus propias condiciones socioeconómicas y sociales, sus tradiciones históricas y culturales y propia capacidad para desarrollar sus originalidades, construirá su propio rumbo a la vida independiente y a la transformación social. Siguiendo caminos diversos  tanto Cuba, Venezuela, Nicaragua y también otros pueblos, con gobiernos progresistas, van conquistando  lo esencial, que es el derecho soberano a decidir sin la injerencia imperialista. Es la antesala del socialismo. El salto a la libertad no tiene caminos preestablecidos. El camino es siempre original. La teoría no es una brújula ciega, es la posibilidad de dar sustento racional a lo nuevo; no limita la originalidad más bien la amplia y la estimula. Cuando sueño, revivo la felicidad de los combatientes y del pueblo, porque hago mía la victoria de la Batalla de Santa Rosa y también el momento del juicio en que se condenó a la pena capital a los mercenarios invasores, asquerosos delincuentes que trataron de hacerse dueños de lo que pertenece ahora y siempre a los costarricenses. Juan Rafael Mora triunfó en San Rosa y en Rivas. Por eso nos enseñó que el que no cuida lo que tiene termina siendo inquilino en su propia casa. Una pregunta acuciante: ¿Somos apenas inquilinos en nuestra tierra dominada por una burguesía traidora y un imperio voraz en lo económico e inmoral en lo político? Lamento decir que sí y que la expiación del pecado ajeno es la lucha por la libertad y la soberanía. Juan Rafael Mora y su compañero en la lucha fueron fusilados. El asesinato de Mora y Cañas ha sido la mayor tragedia política sufrida por los costarricenses y muchos años después, en 1948 hordas brutales cometieron el crimen del Codo del Diablo.…

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