Contra la violencia de género, Toma Partido

Llega el 25 de noviembre, y el clima de violencia desatado por el imperialismo en su crisis general, incorporando a las guerras y conflictos ya existentes, el de Ucrania, desencadena un empeoramiento de las condiciones de vida y un nivel cada vez mayor de violencia.

A la situación ya existente, por no decir persistente de la violencia contra las mujeres, el agravamiento de las condiciones materiales de vida de las mujeres trabajadoras está imponiendo una extrema vulnerabilidad social y económica que resulta ya brutal cuando esas mujeres sufren violencia de género.

Dada la agenda informativa actual, los feminicidios ya no son portada, son relegados a la octava o novena noticia, detrás de la subida del gas o de la posible deflación, la violencia no cesa y después de muchos años de leyes, pactos, declaraciones y minutos de silencio, vemos como esas políticas no son efectivas porque se dirigen a las consecuencias, al asistencialismo a las víctimas, siempre insuficiente y abanderando el punitivismo como solución. Un año más nos preguntamos para cuando las medidas que realmente vayan a las bases del problema, dónde las campañas integrales de formación y concienciación sobre la desigualdad, la discriminación y los estereotipos de género, para cuando un plan estatal de educación afectivo-sexual que eduque a la infancia y a la juventud.

Si estas medidas se impusieran, si se dotaran de planificación y recursos económicos, la construcción de las relaciones humanas, incluidas las afectivas, se alejarían del control, el dominio y el poder bases de la violencia, y las niñas y jóvenes se educarían sin temor, ese temor que se refuerza socialmente, que nos construye como víctimas pasivas o victimarias de la violencia, planteándola como algo individual, personal y negando en la práctica la violencia como elemento estructural del capitalismo y el patriarcado.

El gobierno más progresista de la historia, el socialdemócrata, despliega medidas que a la larga se muestran inútiles, dado que son estéticas o de paliativos, no confrontan la esencia del patriarcado en su alianza estratégica con el capitalismo, no afronta la violencia radical, intrínseca: la explotación y la opresión de este sistema y sus medidas formales y estéticas (reformas parciales) que no atienden la diversidad de las realidades de las mujeres condicionadas por su clase y oprimidas por su género ya sean mayores o jóvenes, migrantes, trans o con  diversidad  funcional…etc).

Por ello proponemos desde el feminismo de clase que retomemos ampliamente la movilización, la presión social y política necesaria para que se hagan planes efectivos, continuados en el tiempo, con recursos estables y equipos profesionalizados, que actúen con profundidad en todos los ámbitos sociales, dejando atrás las acciones puntuales, deslabazadas y descoordinadas, con campañas mediáticas a mejor gloria de la institución de turno para gastar los presupuestos de cualquier manera. 

Confrontar los cantos de sirena del gobierno, con la lucha en las calles, con las mujeres trabajadoras y de sectores populares a la cabeza y nos organicemos en barrios, centros de trabajo o estudio, asociaciones para exigir el fin de la violencia en todos los ámbitos que es en definitiva luchar por el fin del capitalismo y el patriarcado.

¡NUESTRA LUCHA DECIDE¡

!ORGANÍZATE EN TU PUESTO DE TRABAJO, EN EL BARRIO, EN EL SINDICATO, EN EL PARTIDO COMUNISTA!

!POR EL FIN DE LA VIOLENCIA CAPITALISTA Y PATRIARCAL!

POR UNA SOCIEDAD SIN EXPLOTACIÓN NI OPRESIÓN

25- N CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA

Fuente: Partido Comunista de los Pueblos de España